El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente anunció que intensificará su trabajo para mapear amenazas zoonóticas y reducir el riesgo de futuras pandemias como la del coronavirus que actualmente enfrenta la humanidad.
Se trata de apoyar a los países a “reconstruir mejor” después de la crisis actual a través de una ciencia más sólida y con políticas que respalden un planeta más saludable y una mayor inversión en la economía verde.
La respuesta de la agencia abarca cuatro áreas: ayudar a las naciones a gestionar los desechos del COVID-19; ofrecer un cambio transformador para la naturaleza y las personas; trabajar para garantizar que los paquetes de recuperación económica inviertan en la respuesta a futuras crisis; y modernizar la gobernanza ambiental global.
“Con la COVID-19, el planeta nos ha enviado un mensaje de advertencia muy fuerte: la humanidad tiene que reinventar su relación con la naturaleza“, afirma la directora ejecutiva del Programa, Inger Andersen.
“La paralización de las economías ha sido una respuesta a corto plazo ante esta amenaza, pero no puede perdurar. Construir economías que trabajen junto con la naturaleza será fundamental para garantizar la prosperidad de las naciones”, asegura en un comunicado.
Áreas de cambio y acción
Trabajando en conjunto con el resto del sistema de las Naciones Unidas, el Programa apoyará a las naciones para enfrentar el aumento de los derechos peligrosos, como equipos de protección personal, productos electrónicos y productos farmacéuticos, de manera que no se afecte aún más la salud humana o el medio ambiente.
También se creará un plan de respuesta y riesgo zoonótico para mejorar la capacidad de los países de reducir las amenazas a través de enfoques amigables con la naturaleza, incluido un nuevo mapa mundial de riesgos potenciales del comercio no regulado de vida silvestre, de la destrucción de hábitats y de la pérdida de biodiversidad.
Asimismo, se fomentarán mayores oportunidades para invertir en la naturaleza y la sostenibilidad como parte de la respuesta a la crisis del COVID-19, a través de fondos que ya son administrados por el Programa, así como con paquetes de estímulo económico creados por los países.
El PNUMA busca llegar a los actores de la economía para reconstruir, ampliar y acelerar el consumo y la producción sostenibles, y crear nuevos empleos verdes, lo que incluye contactar a las empresas a través de alianzas con las agencias de las Naciones Unidas e instituciones financieras, gubernamentales y del sector privado, y revitalizar mercados y cadenas de suministro de productos sostenibles.
Finalmente, se revisarán las implicaciones y posibilidades de mover la gobernanza ambiental y el multilateralismo hacia las plataformas virtuales, y por lo tanto crear una menor huella ambiental durante las reuniones.
“El precepto de que un mundo natural próspero es esencial para la salud humana, las sociedades y las economías siempre ha sido fundamental para el trabajo del PNUMA”, asegura Andersen.
“Pero ahora, debemos brindar aún más apoyo a los países en sus esfuerzos para reducir los riesgos de futuras pandemias por medio de la restauración de los ecosistemas y la biodiversidad, el combate al cambio climático y la reducción de la contaminación”, concluyó la directora.